Redireccionando...

miércoles, 12 de marzo de 2014

Sobre los hombros (versión para invitadas)

He perdido la cuenta de la cantidad de veces que repito que me gustan los vestidos sencillos, y, a continuación, tengo que aclarar que no me refiero a vestidos sosos. Lo soso es soso hagamos lo que hagamos, y lo sencillo, bien trabajado, es elegante.

Si la semana pasada hablaba del péplum como un recurso más que estimable a la hora de convertir un vestido simple en algo favorecedor y especial, hoy me centro en los hombros. Pero en los hombros para invitadas; las novias tendrán su momento mañana...


Olvídense de flores de seda acrílica por favor, de tirantes en un sólo hombro y demás dramas hombreriles. Los hombros trabajados, además de estar de moda, ayudan a tapar esos pliegues indeseables y poco estéticos que tenemos TODAS. He dicho TODAS. Hasta las bendecidas con la talla 36.


Lo primero que hay que tener en cuenta cuando una piensa en un vestido con hombros especiales es cómo de especiales quiere que sean. Ahí es ná. 

Si quiere un detalle sencillo porque lleva un tocado espectacular, o que tengan caída y movimiento, si prefiere algo sofisticado en un sólo hombro (esto no significa que el otro hombro tenga que ir a pelo...) o si prefiere darle un toque de glitter-glamour.


 Elegir de forma incorrecta puede convertir el outfit en cuestión en el vestido de comunión de Candy-Candy o en el traje de luces de Cruella de Vil. Así que ojito. 


Apliques de pedrería y volantes con mucho cuerpo vienen pegando fuerte, aunque no nos resistimos al encanto de un organza cortada al bies o de un tul fruncido y abierto... El encaje sigue ocupando puestos de honor, aunque ha perdido posiciones... Pero insisto en lo de siempre: cuidado, que del hombro espectacular, a la versión nupcial de Locomía hay una delgada línea que no debería cruzarse.


Tampoco deberían perder de vista el corte del vestido para asegurar el éxito: a mayor volumen hombreril, menor volumen en la falda. Pensando en desgracias históricas de este tipo me viene a la mente el vestido de novia de Lady Di. Que levante la mano quien quiera hacerle un homenaje... Nadie. Menos mal.


 A pesar de todo esto que les cuento, hay muchas salvedades y excepciones, así que busquen, comparen, y si encuentran algo mejor, cuéntenmelo.

Imágenes via Pinterest

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