Redireccionando...

jueves, 30 de julio de 2015

Un brillo y una pausa

Brillen. Ese día es para brillar. Ese día no es para pasar desapercibida y presumir de su lado más discreto. No. Nain. No way. Ese día no. Disfrútenlo porque no habrá otro día igual. Nunca. Palabra.

Será que a servidora le puede un brillo, así que no sé si estoy siendo capaz de objetivizar esta tendencia como debería, pero si tuviera que volver a elegir... Puede que las cosas fueran distintas y decidiera brillar. Pero no con un brillismo plasticoso requetechungo. Que no, que no va por ahí el tema. Que si se brilla, como todo, haya que hacerlo en condiciones. Ya les contaré de qué va el tema, pero no ahora...

El minimalismo y el brillo no están reñidos señoras. Al revés, se dan a ganar el uno al otro. Así que, queridas novias de 2016 que ya están pidiendo sus citas para septiembre, valoren la idea. El crepe de seda y la muselina siempre estarán ahí. Les toca a ustedes decidir si les apetece ser distintas. Yo lo dejo caer...



Les recuerdo que el mes de agosto seguiremos trabajando aunque no habrá actualizaciones en el blog. Permítanme que después de esta temporada taaaaan llena de novedades, disipe mi creatividad por otros lares y así pueda volver a escribirles tonterías allá por septiembre.

Si lo que quieren es empezar a diseñar su vestido de novia, para eso me encontrarán ustedes donde siempre: en info@sophieetvoila.com para concertar una cita y empezar con el jaleo nupcial. No me voy, yo me quedo con ustedes.


Les deseo un feliz verano y les espero por aquí a su vuelta, para seguir riéndonos juntas de los petardeos fashionistas y de la vida. Porque para eso estamos. Un abrazo y mil gracias.

martes, 28 de julio de 2015

Y ahora, miedo

Todo lo que va mal es susceptible de ir a peor. No puedo decir que no me lo advirtieran, pero una siempre tiende a pensar que no puede ser... Y una se equivoca. Será que una es idiota.

Será que una se educó viendo películas Disney y le resulta imposible digerir la posibilidad de que el príncipe se vuelva un tirano, de que el hada madrina dispare a matar o de que, simplemente, no haya un final feliz, sin perdices ni nada. Así, sin más. Mierda de cuento. Mierda de Disney. 

Es posible que, en mi mundo, ése que habito yo sola, claro, no se vea demasiado el telediario y eso haya hecho que servidora no sea consciente de la ilimitada capacidad de destrucción absurda del hombre. Puede ser. Pero ya les digo que me estoy dando un baño de realidad bestial. Callada. Sin responder. Porque seré idiota, pero no soy mala persona. Y puede que esa debilidad mía me haga perder batallas, o incluso guerras. Me quita el hambre pero me deja dormir por las noches. 

Me duele tanto, que ha dejado de dolerme. Si hay algo que puedo sentir ahora, algo que se mete hasta en mis ojos, eso es miedo. Triste, no les voy a engañar, pero real.

Me gustaría ser mala para vencerlo. Los malos nunca tienen miedo. Pero no me sale. Y miren que lo intento. Aún con todo, no soy capaz. No sé mentir, no sé ocultar, no sé engañar, no sé manipular, no sé insultar, no sé ridiculizar, no sé despreciar. Lo que les decía. Soy idiota. Pero esta idiota va a salir de entre las llamas tranquila, sin tener nada que esconder y con grandes historias para contar. Otro defecto, nunca he sabido guardar secretos.


jueves, 23 de julio de 2015

Volver a empezar (o decir adiós II)

Ya me van a perdonar esta concatenación de posts con aire de drama. Ya saben que ésta que escribe lo hace a tumba abierta siempre, y ahora es esto lo que toca. Se van a reír, pero como que me está pareciendo que hablar de tendencias fashionistas maliciosas es un tanto superficial en este momento. Qué cosas.

El adiós está dicho, ahora viene el hola al infinito. Una tiene claro cómo se cierra una puerta. Con la llave para no hacer ruido como quien huye en silencio o con la ira que puede generar una traición. Hasta ahí las opciones son fácilmente identificables. Se elige (en caso de que se pueda) y listo. Ahí te quedas. Ciao bambino.

Y ahora what? Servidora ha cerrado la puerta haciendo retumbar hasta la cama de arena del gato de la vecina del séptimo. Bien remangada y con la bravura noble de un toro al salir a la plaza. Y ahí me tienen, con toda mi fuerza mirando al tendido. Que digo yo, que con lo bien que se estaba pastando en la finca, quién me mandaría a mí hacerle pensar al mundo que soy superwoman. Nadie, no me lo mandó nadie. Será que una es así de serie.

Si alguien puede con esto, ésa eres tú. Tú puedes con esto y com más. Pues mire, no lo diga muy alto a ver si alguien le va a oír y me va a mandar más. Y tampoco es eso.

Ni dónde, ni cómo, ni cuándo. Ni idea. No sé cómo será a partir de ahora. Lo del por qué, casi que lo dejo en objetos perdidos, no vaya a ser que me encariñe y me lo lleve para casa, y venga y dale a acariciar al por qué. Que no, que no. Que no quiero mascotas.

Cerrada la puerta, desde el felpudo sólo soy capaz de avistar un abismo, ahora sólo me queda decidir si cojo un vuelo regular, un jet privado, un helicóptero, me tiro en paracaídas o me arriesgo con el salto base. Porque yo, sentada en el welcome, no me quedo.





martes, 21 de julio de 2015

Decir adiós

Duele no tener opción. Tener que alzar la barbilla y calzarme los tacones, sonreír a cada lado y reengancharme a esto que me dicen que es la vida. Del todo al nada sin periodo de adaptación. A pelo y sin epidural. Un susto, un drama, un alivio tal vez. 

Vivir como propias las ilusiones de tantas para acabar el día sin una propia. Consejos doy para mí no tengo. Esta ironía vital es macabramente enrevesada. Humor negro elaborado.

Sin lágrimas, ya lo llevo todo llorado. Sin dramas, el mundo no va a ser más condescendiente conmigo ahora que tengo los ojos hinchados. No va a girar a 33 porque ya no estés, cuki. Porque ya no tenga donde agarrarme cuando suba la velocidad. Pero allá donde estés te diré que no me voy a bajar. Algún día estarás, de verdad, orgulloso de mí. Y yo seré grande. Y feliz.

Aprenderé. Aunque sólo sea porque no tengo más remedio. Por eso o porque soy la hostia y a mí no hay quien me tumbe. Subidas y bajadas en lo que dura un café. Un paseo por Bilbao. Una conversación de quinceañeras.

Esas sorpresas que le da la vida a la vecina del quinto y que, un día, le sacuden a una un soplamocos monumental y le sacan de su zona de confort. Plis-plás. Y se le oye a alguien decir con poco acierto c'est la vie! Sí señor, así es.

Miraré atrás de vez en cuando y te echaré de menos, lo prometo. Puede que un día te escriba algo bonito, aunque ahora sólo encuentre inspiración para redactar tu epitafio.


jueves, 16 de julio de 2015

Probando, probando...

Así van pasando los meses antes de la boda. Pruebas y más pruebas. Del vestido, del peinado, del maquillaje, de los pendientes, del banquete, del chaqué (sí, porque a nosotras nos gusta tener el tema controlado, no vaya a ser...) y de todo lo que haga falta probar. Somos así. 

Janire lo sabe porque ha sufrido la romería de pruebas en sus propias carnes. Pero, no me digan, a que no se le nota que, además de los propios nervios de la boda, la pobre novia estaba de exámenes?


Pues sí señoras. Que ven que tienen ustedes el tema nervioso sin apenas alteraciones pre-bodiles? Pues plántense tres exámenes y una noche en el BBK Live la semana antes de la boda de una. Claro que sí. Que a la pobre sólo le faltó romperse una pierna... (No se rían, que por aquí ya nos ha pasado de casi todo...)

La buena noticia es que antes del gran día B supimos que Janire había aprobado, con lo que además de boda, fue celebración de fin de carrera. Ole tú, campeona. 


Las fotos son de su última prueba, rematando, ajustando, abotonando... Ya ven, en plena vorágine universitaria y a la mujer le quedaban ganas de peinarse, pintarse y plantarse la maravilla de flores de terciopelo rosas en la cabeza mientras yo le bombardeaba con alfileres.

Ya son ganas...


Adoro esa última prueba, los pendientes, ver asomar el zapato, abrir y cerrar el abanico... Y esa sonrisa que no puede contenerse. Parece mentira, pero después de estos años aún se me encharcan los ojillos. Soy una ñoña, lo sé. Pero no lo puedo evitar...


Espero poder enseñarles pronto las fotos oficiales del gran día B de mi novia recién licenciada, mientras tanto, esta pildorita de su última prueba.

Fotografías de Paulameis

martes, 14 de julio de 2015

Y, además, un tocado

Cuando la novia es así de bonita no hace falta complicarse mucho para que resulte absolutamente exquisita. Un poco de cerámica, un color oro viejo, unas hojas desordenadas... Y listo. Simplemente perfecta.


Si, inexplicablemente, se perdieron ustedes el resto del outfit, pueden deleitarse la vista por aquí. Soy consciente de que esta primera foto que les muestro arriba, de semejante bellezón, les tendrá obnubiladas, pero háganme el favor de ver también las de abajo, que en esas algo sí he tenido que ver... 


No era fácil rematar el look nupcial maravilloso de Mili con un tocado sin sobrecargar el conjunto ni quedarse escaso... Pero los retos son droga pura para ésta que escribe, así que, manos a la obra, fuimos dando forma a esta pieza elegante y desenfadada a la vez. Lo que viene a ser amor del bueno, vaya.


Y el resultado no pudo ser mejor. Así. las flores me las echo yo misma porque me encanta el resultado y me encanta ella. Hale, he dicho.


Fotografías de Inma Fiuza

jueves, 9 de julio de 2015

Una novia maravillosa

No es que estuviera preciosa. Es que ella ya es preciosa de serie.



Vino al atelier en un viaje relámpago desde Tailandia. Sí. Tailandia. La otra punta del planeta. Y así, tontamente, conectamos y decidimos hacer un vestido alucinante. Glam y chic a partes iguales, sin ñoñería pero con piedras...


Y quien dice un vestido, dice un vestido, un tocado, un velo, un traje para la madre de la novia... Y un sinfín de cosas que quedarán entre ella y yo. Y Pitu. Y Ximena. Un libro por escribir con todo lo que fue la boda de Mili.


Lo primero fue enamorarse de un tul bordado con cristales. A partir de ahí todo fue fácil. Una base en crepe de seda y poco más. Mucho trabajo artesanal y el resultado, éste que ven. Un vestido maravilloso para una novia discretísima pero con carácter. 


No me hace culo? Ojos en blanco de su madre y míos. Para eso, lo primero que necesitarías es tenerlo... Y no sólo es que fuera impresionante, es que ella es un alma libre que habita un cuerpo de infarto, una hippie vestida de princesa. Trabajar así no tiene ningún mérito... Qué quieren que les diga...


La distancia geográfica no supuso más trastorno que el que nos convirtiéramos en bestfriends el mes antes de su boda. Pruebas todas las semanas y un ritmo trepidante. Intenso y muy divertido a la vez.


Y llegados a este punto, no sé qué más contarles de mi novia maravillosa, de su vestido maravilloso y de su familia maravillosa que esté a la altura de las imágenes que ven. Que fue un placer trabajar con ella y que le agradeceré siempre su confianza casi ciega.
 


Gracias Mili por estar tan guapa, por lo que disfrutaste tú y por lo que nos hiciste disfrutar a todos los que tuvimos algo que ver con ese día tan especial. Gracias por los mariachis, por los cambios de última hora, por un novio entregado y por la cara de bobas que se nos iba quedando cuando veíamos cómo te miraba. 


Ha sido un placer. Te vuelvo a casar cuando quieras.



Fotos de Inma Fiuza