Redireccionando...

viernes, 28 de febrero de 2014

Tie the knot...

Para todas aquellas no enfermas por el tema de las bodas, para aquellas que no se pasan el día en Pinterest ni leen más de media docena de blogs nupciales al día... Una aclaración: tie the knot es una forma de anunciar una boda en USA. Lo que viene siendo atar el nudo... 

Y no creo que sepan las americanas lo literal que debería ser esa frase!! Atar bien el nudo de la corbata el día B es una de las cosas más importantes que tiene que hacer Mr. Y no es broma...


Lo primero, avisar de que todas las fotos que veréis hoy son obra y gracia de Lander Urquijo. Si Sophie et voilà fuera una sastrería de hombre, sería la suya. Hace ya unos años de mi día de blanco y Mr Pi fue impecable, pero si hubiera llevado uno de éstos, yo no habría paseado hasta el altar, habría corrido y me lo habría comido a besos.

No tengo ninguna relación con el artista en cuestión, pero ha dado la casualidad (?) de que todas las fotos de combinaciones que me han rechiflado eran obra suya, así que desde aquí le alabo el trabajo!


Y es que no es sólo la elección de chaqué (o del traje) lo que debe quitar el sueño al novio, o a la madre del novio en su defecto. Antes era el de rigor con pantalón milrayas y levita negra sin discusión, a no ser que optara por el azul pastel con chorreras más propio de una boda en Las Vegas... Supongo que este paso ya lo tienen superado , así que el briconsejo de hoy ronda las corbatas.


No voy a poner aquí un muestrario, ni decir qué color está de moda, ni siquiera voy a opinar... Porque una imagen vale más que mil palabras. Así que les dejo deleitándose con del arte de un maestro de la combinación. Disfruten.

Sólo un apunte (no puedo contenerme), no traten de combinar la corbata con el traje de la madrina. Es una aberración y siempre sale perdiendo el novio. He dicho.

jueves, 27 de febrero de 2014

El leopardo marinero

Podía parecer una fábula de Esopo y Samaniego, pero no. 

Se trata de un recurso 100% aplicable a los armarios de las mujeres normales. Entiéndase por normales a las mujeres que trabajan unas mil horas al día, estudian con un moño deshecho sujeto con un lápiz, tienen niños y, en consecuencia, el bolso lleno de toallitas húmedas que no saben dónde tirar... Y no se pasean por alfombras rojas con vestidos con cola, ni se sientan en la primera fila de los desfiles más in.


Se trata de la absolutamente nada nueva combinación entre las rayas marineras y el estampado de leopardo. Que levante la mano la que no tenga algo de esto!!! A ver... Nadie. Perfecto.


La época perfecta para utilizar este maridaje es precisamente ésta en la que estamos... Esos días que ni son de primavera, ni dejan ganas de sacar el chubasquero... Otra vez. Si bien el toque navy nos teletransporta a esos días de verano en los que tomamos un vermú en la cubierta de nuestro yate mientras navegamos rumbo a Capri, el estampado de leopardo nos pone un poco más en la tierra recordándonos que todavía hace fresquete y que hay que abrigarse. 

Un apunte: evitar el leopardo avanzada la primavera y llegado el verano... No sé muy bien por qué, el estampado felino con calor no me casan de forma elegante...


Si no te convence del todo la coordinación, la versión más light es la de optar por jersey/top marinero y zapatos/bolso animal. Un toque discretito. Pero si ya eres una iniciada, mejor lánzate a la falda lápiz o al abrigo recto dignos del Cavalli más puro. No estamos descubriendo nada nuevo, pero funciona perfectamente!


Por último, señoras y señoritas, no olviden que todo está inventado, no innovemos con medias de rayas o camisetas de leopardo, que la combinación que traigo hoy funciona fenomenal, pero no es a prueba de bombas...

miércoles, 26 de febrero de 2014

Miroslava o el estilo XS

No soy la Wikipedia, así que no pienso haceros un resumen de la vida de este icono ruso de la moda, no sé dónde nació, ni qué años tiene, ni cuáles son sus estudios, ni si trabaja con horario fijo (aunque me da a mí que no...), ni si está casada... Sólo sé que el estilo de esta mini-mujer me tiene arrebatada.

Si hay alguien a la que no le suene la cara, su nombre es Miroslava Duma.


Si ya me parece difícil vestir bien con estilo propio, hacerlo midiendo 1,50m, me resulta poco menos que imposible. Supongo que la confianza en una misma es esa pildorita mágica que nos hace estar más guapas... Y la colega Miroslava debe tomarse un blíster todas las mañanas! Eso, y tener un armario deluxe, claro...
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Las que me conocéis sabéis que no soy amiga de los contrastes, que adoro el color puro y las líneas sobrias, el estilo lady y los tacones de infarto desde las 8am. Supongo que en línea y media acabo de explicar por qué soy fan del armario de esta mujer...


Me encantan sus micro vestidos y sus faldas de corte midi... Para que luego me digan que acortan la figura!! Miren bien las fotos señoras!!! Lo que hace falta es estilo, tiempo, dinero, ausencia absoluta de complejos y seguridad en una misma.


Vale que ponerse tacones de 12cm para ir en el metro en hora punta, no es lo más cómodo que se me ocurre... Que los bolsos de mano implican elegir entre llevar cartera o llevar móvil y llaves, porque llevarlo todo es una utopía... Vale que las micro-faldas no son prácticas para coger archivadores de la última balda de la estantería... Nadie dijo que esto fuera fácil!!!!


Entiendo que ponerse botas de tacón carrete hasta medio muslo puede no resultar adecuado para ir vestida a trabajar a la oficina... Pero esto se trata de inspirarse y perder el miedo. De mirarse al espejo y pensar: "Ojalá me encuentre hoy con mi ex!!"


Hace 10 años habría resultado un atentado a la moda proponer un look así de brillante durante el día (durante la noche es otro cantar, todavía me estoy recuperando del impacto visual que dejó ABBA en los 80 con sus toneladas de lentejuelas en mi retina...). Pues bien. Me lo pido, me lo pido y me lo pido.


Y es que para tener estilo no siempre hace falta ir a la última ni saberse el Vogue por versículos. De hecho, no hace falta casi nunca... 


Hoy, un poco más de lo que digo siempre. Elige lo que te guste y hazlo tuyo! Eso es el estilo!!!

martes, 25 de febrero de 2014

Sí bwana

Por supuesto que sí... Faltaría más... Lo que usted diga... Cuando Valentino manda, yo me callo, asiento y cumplo la orden encantada de la vida. Y esta vez no iba a ser menos.

Y no es por que sea una fan abnegada, es porque todo lo que firma la V es puro lujo, exquisitez y buen gusto, a pesar de que el naranja tropical de la tez del colega que da nombre al imperio sugiera lo contrario...


Hace un par de años que vimos por primera vez tachuelas adornando los complementos de la firma. Shock absoluto. Valentino se había vendido a las modas y al fashionismo comercial. Horror. Esto ya no es lo que era... 

Nada más lejos. El señor de los vestidos rojos nos ha pegado un sopapo de experiencia y sabiduría. Adaptó las tachas a su estilo y triunfó.


Los hizo rojos y todas las bloggeras con posibles del mundo-mundial se los compraron y los combinaron con vaqueros del siglo pasado y vasos de papel del Starbucks (no entiendo la moda de la foto sin cabeza pero con café... En fin... ). Para gustos, los colores, pero está claro que fueran un éxito.


Subió y bajó los tacones a tres alturas diferentes, plano de paseo, medio de diario y alto solo indicado para invitadas de front row. Los hizo de leopardo, en tonos nude y hasta de camuflaje. Y los vendió todos. No había mujer del faranduleo fashionista que no los tuviera (o no los deseara).


El señor del barco del kilómetro de eslora los hizo en versión light, en colores cámel y marfil, en bailarina, en sandalia y hasta en chancleta, y siguió vendiéndolos... Y cada vez nos gustaban más. Los compraban las madres, las hijas, las novias, las rockeras y las ladies.


Y ahora Valentino dice que tienen que ser amarillo flúor. Y yo aplaudo hasta que se me caigan las manos. Porque me parece que ya vale de zapatos nude, de sandalias negras, y de hormas que podrían ser de esta temporada o de hace 25. Por eso y porque me encanta el amarillo. Porque da vida, se combina fácilmente y porque es nuevo. 

 

A sus órdenes mi amo. 

lunes, 24 de febrero de 2014

Yo quería ser Rapunzel

Me chiflaba. De la idea de tener el pelo tan largo como para que el Príncipe Azul trepara por mi trenza hasta rescatarme, lo que más me molaba era el hecho de tener una melena infinita. El señor Azul era absolutamente secundario.

Así que debería estar encantada con esta moda de que las novias lleven trenzas, no? Pues... A ver cómo lo explico... Es como cuando te comes media docena de donuts y a continuación te das cuenta de la que acabas de liar...


Las trenzas deshechas, campestres, informales o como quieran llamarlas ahora, son preciosas, románticas, naturales... Pero tienen sus riesgos. El primero? A ver quién es capaz de clonar alguna de las que os enseño hoy!! Peluquerías hay miles, pero saber elegir la buena para cada estilo es otro cantar. La aguja en el pajar es más fácil de encontrar...


Más riesgos. Los postizos. Si son para hacer que la trenza abulte un poco más (he dicho un poco), vale, pero si tienes el corte de pelo de Elsa Pataky y el día de la boda llevas una trenza modelo Infanta Elena, no te engañes, todo el mundo sabrá que es un postizo... Y eso puede ser muchas cosas menos chic. Lo dicho, utiliza los postizos sólo para rellenar, no para alargar.


Más. Prueba a hacerte una trenza de este estilo y vete a casa de tu abuela. Resultado: un drama. Y no me refiero al hecho de que tu abuela no entienda que no lleves un recogido bajo estilo princesa de algún país nórdico... Es que en el momento que te aborde con el primer abrazo, adiós al cardado, las horquillas y demás recursos inconfesables (nosotras NO usamos laca, por Dios!), y, por supuesto, adiós a tu trenza. Pues multiplica eso por 100 invitados... 


Si has superado todas estas contingencias, o si no las has superado pero sigues emperrada en lucir cual la Rapunzel de mi infancia, un consejo: Haz que la trenza empiece en la cabeza y no en la nuca para poder mantener el peinado en su sitio más allá del momento post-paseíllo con tsunami de tías lejanas deseando darte besos.


Pues eso. Que me encantan las trenzas. Y me encanta que cuando a una novia se le mete una cosa entre ceja y ceja, no hay madre, ni suegra, ni bloggera de turno que le hagan cambiar de opinión.

viernes, 21 de febrero de 2014

Busco novia

Sí. Busco novia.

Busco novia con personalidad propia. Busco una novia que entienda que el escote palabra de honor está reservado a media docena de cuerpos celestiales, que no es apropiado para una ceremonia religiosa y que comparta conmigo la opinión de que en marzo, por muy bonito que sea el vestido, no procede.


Busco novia. Una novia que, si lleva zapatos blancos, no sea porque lo deciden su madre y su abuela: "pero-cómo-no-vas-a-llevar-zapatos-forrados-igual-que-el-vestido?!!". Las madres y abuelas son amorosas en el proceso bodil, excepto en este término... Tampoco quiero una novia que lleve zapatos nude de Louboutin porque es "lo que se lleva". Una novia con personalidad es capaz de llevar lo que le gusta más allá de opiniones, de modas o del Telva Novias.


La novia que busco es sencilla y elegante, tiene superado el afán por vestirse de princesa Disney y lo que quiere es, simplemente, ser ella misma sin disfraces ni postizos. Es consciente de sus puntos fuertes y quiere estar radiante. Y para eso, primero se le debe ver a ella y, mucho después, a su vestido.


Busco una novia que llore de emoción y tenga dudas, no importa si sabe o no lo que quiere, porque lo que más me gusta en el mundo es eso: poder ayudarle y conseguir que se mire en el espejo y se vea ella misma, pero más feliz. Más guapa. Más ella.


Busco novia. Una novia sin cancán. Sin armazones. Natural. 

Qué ves en estas fotos? Yo veo una espalda sugerente, una personalidad fuerte, una carcajada, un abrazo y complicidad. No veo vestidos, veo mujeres. Veo personalidad y eso significa buen gusto. Y es que el buen gusto no trata sobre combinar tejidos, sino sobre saber estar y saber ser.


Busco novia. Busco otra novia. Por mis manos han pasado ya unas cuantas y todas se llevaron un pedacito de mí. De mi trabajo. De mi pasión. Qué ñoñería, verdad? Pues es cierta. Y además me pongo chula y digo que creo que a todas les hice felices. Ahora tengo otras. Y las que vendrán. A todas les seré fiel. Fiel a su estilo, a su gusto. 

jueves, 20 de febrero de 2014

Medio kilo de oro por favor.

Me suele pasar por estas épocas... Cuando la cabeza te pide a gritos que te pongas dos pares de calcetines y botas de agua, y el corazón (e Inditex) te susurran al oído que lleves zapatos de tacón alto sin medias... Por supuesto siempre acabo haciendo caso a lo evidente: taconazo a pelo y catarro épico. No aprendo. Ni quiero.

Lo que estaba diciendo, que me suele pasar en estos meses entre la requeterebaja y la nueva temporada, que busco algo que me haga ver que el buen tiempo se acerca, que vista mi armario con algo más de luz y que sea distinto...


Este año pienso llenar mis muñecas de brazaletes dorados. Pero bien grandes. Y es que con una camisa blanca bien remangadita, un vaquero como Dios manda y unas parisinas, me parecen exquisitos, pero si los quiero utilizar para una cena especial, un cocktail o una celebración... Son la pera limonera.


Me da lo mismo si son de Suárez, de Cartier o de H&M... Miento. Eso es lo políticamente correcto... No me da igual. Los prefiero de los dos primeros (nota para Mr Pi), pero si nadie me los quiere regalar (indirecta para Mr Pi), me valen los low cost fáciles de encontrar (resignación si Mr Pi no lee ésto...).


Que sean bien anchos, nada de cadenitas acumuladas en la muñeca. Muerte a las manos llenas de bolitas de colores, calaveritas y pulseras deshilachadas. Que los 9 años los pasé hace tiempo, no vivo en Ibiza ni me llamo Paulina.


Nada de simetría por favor. Si vamos a llevar brazaletes en las dos manos, mejor si no son iguales. Gladiator hubo uno y no creo que queramos imitarle. Para evitar hacernos un lío, mejor una sola muñeca bien cargadita.


Dentro de la idea de acumular pulseras XXL, lo ideal es que cada una encuentre su estilo: mínimal, rockera, recargada... Pero en cualquier caso, evitar combinar con el reloj. No sé. Queda raro... Y teniendo en cuenta que desde que hay móviles el reloj es un objeto decorativo... Mejor lo guardamos.


Si no tenemos suficiente con medio kg de pulseras en la muñeca y nos apetece añadir una sortija, que sea proporcional. Es decir, XXXXXL. Como dice una amiga... No hemos venido a jugar??

 

Conozco a una mujer que lleva el estilo dentro, de ésas que con una coleta deshecha y los morretes rojos, son chic hasta en albornoz... Y su regalo de pedida fueron dos brazaletes de oro. Los llevó el día de su boda. Y no pude dejar de mirarlos. De eso hace unos cuantos años. Para que digan que la moda es efímera...