Redireccionando...

jueves, 20 de marzo de 2014

Jone o la historia de un mareo

Ésta es Jone. Una novia sencilla, sonriente, algo tímida al principio, y con ese no sé qué que hizo que conectáramos enseguida... 

Cuando entró en el Atelier por primera vez, lo hizo con su madre y con su hermana. No hubo día en que le dejaran sola. Y menos mal, porque (quiero pensar que de la emoción!!) la pobre se mareaba cada vez que le probaba el vestido...


Éste es el vestido maravilloso de Jone. Sin historias. Sin can-cán ni volúmenes artificiales. Muy Sophie, et voilà! Metros y metros de muselina y unos hombros espectaculares. 


Ésta es la hermana de Jone. Si bien es cierto que tienen dos estilos diferentes, ella supo asesorar a la novia poniéndose en su piel, y eso no es nada fácil. Se notaba la complicidad entre ellas; esas cosas de hermanas... Ese momento entre el qué opinas? Te gusta? y el no te aguanto, de verdad...


Éste es el escote de Jone. Fue el punto que más trabajamos. Parece sencillo, verdad? Pues dar con la forma ideal, romántica sin caer en la ñoñería y sugerente sin resultar exagerado no fue tarea fácil. El toque de los hombros fue una locura casi al final del proceso... Y también tuvo su debate!


Y ésta es Jone vestida de novia a punto de casarse... Parecía que ese paseo no llegaba nunca! Me encanta el momento en el que empieza a sonreir sin despegar los labios y luego aparece la felicidad en forma de risa. Muy ella.


En las últimas pruebas tuvimos un espectador más, el padre de Jone. Cosa no demasiado habitual en los padres, se implicó dando su opinión, y, teniendo en cuenta que tenía a cuatro mujeres de carácter (mucho carácter!) delante, eso es para darle un premio! Me declaro fan! Se le notaban tablas...


Ésta es Jone de camino a la Iglesia, luciendo cola y espalda abierta. Del brazo de su padre. Con un cinturón plagado de botones y un velo con historia. No podría explicarles lo que se siente cuando una novia así cuenta conmigo para ese momento. 


El pelo, el tocado... No era fácil decidir qué o cómo, y más teniendo en cuenta los apliques de los hombros... Así que probamos con unas flores minúsculas de terciopelo en color marfil... Y cuando hoy veo las fotos pienso... Perfecto!


Todo fue perfecto. Ella estuvo perfecta. Pero ya sabíamos, desde que empezamos a diseñar su vestido, que iba a ser así.


Gracias Jone por confiar, por marearte, por dudar, por traer a tu padre, por enviarme las fotos, por las risas que hicimos tantas veces y por ese café que tenemos pendiente. 

Fotografías de Inma Fiuza

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