Redireccionando...

lunes, 12 de mayo de 2014

Soy fan

Hace unos días compré en el aeropuerto el Hola! Alta Costura. Una malísima decisión, por cierto. Cargar todo el día con un kg de haute couture al hombro no es nada recomendable para la espalda... Amén de que todo el mundo mira raro cuando empiezo a hacer anotaciones en los márgenes o saco fotos con el móvil...

Si a eso le suman ustedes una cuadrilla de unos 15 ingleses vestidos de tenistas de los años 70 (pero muy bien caracterizados, eh? Nada de pelucas rubias y tutús de bailarina...), media docena de bostezos por minuto y un café americano, ya tienen mi viernes por la mañana.


Con respecto al contenido de le revista en cuestión, pues verán, un poco desilusionante. Se supone que la alta costura es el lujo llevado a su máximo exponente, la exquisitez más absoluta... Y tuve que rebuscar entre las páginas para no encontrar más de diez hojas que merecieran la pena...

Sólo me quedo con dos colecciones, la de Giambatista Valli y la de Stephane Rolland. Vamos, que podían haber hecho un suplemento de diez páginas tipo Muebles el Paraíso en lugar del listín telefónico y habría sido igual de provechoso.


Lo que les enseño hoy es un resumen de por qué adoro a Stephane Rolland. Dicen de él que es el arquitecto de la alta costura, puede que sea eso...

O puede que sea por la sencillez de sus líneas, su gusto monocromático y la predilección por el volumen exagerado.


Adoro la idea de las siluetas sencillas con un sólo elemento impresionante, ni encajes, ni drapeados, ni pequeños aderezos absolutamente prescindibles. Si el colega decide poner un lazo, lo hace XXL. Si es un péplum, es absolutamente exagerado y si se decanta por la pedrería, lo hace en versión roca de río. Lo dicho, me tiene absolutamente enamorada.

Y es que para hacer este despliegue de sencillez no opta por siluetas anodinas, sino que realza las curvas y la feminidad. Que con tanto Calvin Klein, Jil Sander y compañía, parece que se nos estaba olvidando que la mujer tiene un cuerpo para lucirlo!


Que me pongan uno de cada porque no soy capaz de decidirme. 

Encontrar maravillas como estas después de ver los modelos homeless de Valentino de mis amores, los  vestiditos Star Trek de Donatella, o los trajes modo pereza de Armani, es un gustazo muy esperanzador.


Ojalá los diseñadores empiecen de nuevo a fijarse en la mujer para crear. Ojalá todos tuvieran un Hola! Alta Costura para darse cuenta de lo que están haciendo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario