Redireccionando...

jueves, 22 de mayo de 2014

En la red

Hace ya algunos meses que decidí, a cuenta de que una de ustedes me pusiera las pilas, por cierto, entrar en esto de las redes y en eso que llaman la blogosfera. Miren si no hay nombres y tenían que llamarle con nombre de enfermedad contagiosa... "Qué me pasa doctor? Padece usted de blogosfera..." No me digan que no suena terminal... Con lo originales que son para combinar trajes de fiesta cuajaditos de plumas y piedras, con chanclas de maromo alemán de veraneo en Torremolinos, y van, y al mundillo de los blogs, le ponen semejante apodo.



Hace poco un lector no identificado me apuntaba en un comentario que le parecía irónico que yo, que, en sus palabras, me dedico a vender moda, critique esta obsesión con copiar todo lo que sale en los blogs y que les anime a ustedes a llevar lo que quieran. El caso es que el comentario me hizo pensar. Hay algo que no les estoy transmitiendo bien...

Permítanme que me explique. 

Señor o señora Anónimo, encantada. Verá, yo no vendo moda, yo vendo lo que ustedes quieran. Con una sola condición. Que me guste. Y, lo siento, pero en esa filosofía no entra el copiar el último modelito de la mujer de un Triunfito, ni de la filipina de la portada de Hola!, ni de la hija del ganadero de turno. Si alguien pensaba que Sophie et voilà! es una fotocopiadora, lo lamento profundamente, pero estaba equivocado.



Esto va de sentarse con las clientas, hablar y disfrutar. No va de entrar en un probador con dos tallas del clon del vestido de Fulanita de Tal, condesa de Yoquesé. No va de imponer mis diseños mientras acaricio a mi Chihuahua, Karl, con collar de Svarowski y comedero de diseño escandinavo. Esto va de darse un capricho, de diseñar aquello que les hará estar más guapas a cada una de ustedes. De encargar un vestido modelo porquemedalagana, o de trabajar entorno a una idea hasta llegar al vestido de novia de sus sueños. Sophie et voila! es lo que ustedes quieran que sea.

Y además Sophie et voilà! tiene este blog. Una ventana nada discreta desde la que me permito la licencia de opinar sobre lo que me gusta y lo que no. 



Por si alguien le quedan dudas del estilo que se trabaja aquí, pueden ustedes despejarlas viendo lo que sí nos gusta en el mundo mundial de la moda en Pinterest, y si aún así no terminan de ver bien lo que hacemos, pueden ver los trabajos en tiempo real en Instagram. No me dirán que no les pongo facilidades.

Así que señor o señora Anónimo, lo que hago no es una contradicción, sino algo incluso demasiado lógico. Espero haberme explicado.

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