Redireccionando...

martes, 20 de mayo de 2014

Compatibilidad de pareja

Este es uno de esos posts que se le ocurren a una un sábado noche con amigas, con una copa de vino blanco en una mano y el ideal (pero incómodo hasta muerte) clutch en la otra. Para que luego digan que la gente deja de fumar por la salud... Tonterías. Es porque no tienen una tercera mano. Los clutchs han hecho más por la campaña antitabaco que cualquier frase lapidaria de las cajetillas de cigarros.


Al tema, que me descentro. El caso es que mi amiga, llamémosle C, monísima ella, iba con una blusa de gasa plisada en tono nude hasta la cadera (un corte estudiadísimo después de dos hijos), con un espectacular collar tipo babero cuajado de rosetones maravillosos, con la melena perfectamente trabajada a base de plancha (que levante la mano aquella de ustedes que sea capaz de ondularse el pelo dignamente en menos de media hora) y con tacones de los de arrepentirse al día siguiente. Evidentemente, el outfit no fue una invención del último minuto.


El plan era de parejas. En un restaurante de moda y en modo celebración. Pero el drama de mi amiga C no fue allí, sino un rato antes, en su casa. Su marido, llamémosle F, estaba a punto de abrir la puerta en dirección al coche cuando mi pobre C dio un alarido de terror que dejaría a El Grito de Münch en un mero OMG. 

F pretendía ir a la cena con las Converse.


Gracias al genio y figura de mi C, F reaccionó a tiempo, pasó por boxes y cambió de ruedas justo a tiempo para que mi horrorizada amiga no sufriera un colapso nervioso del tipo "pero tú me has mirado bien?" y comenzara a señalarse a sí misma al tiempo que su ceja derecha subiera más allá de lo físicamente posible.

El final de la historia fue feliz. No hubo heridos.


Entiéndanme, entre asemejarse al combinadísimo binomio Norma Duval-Marc Ostarcevic, y que parezca que a su marido/novio/acompañante le han perdido la maleta y se la han sustituído por la bolsa de entrenamiento de Rafa Nadal mientras usted se dirige a recoger un Oscar, hay muchas paradas intermedias.

El caso es que la historia también tiene reverso, que no piensen los caballeros que el tema va contra ellos... Mujeres que se ponen tacones para ir al fútbol, se pintan con eye-liner para hacer footing, o se calzan una minifalda para ir en moto... Un poco de coordinación por favor. 

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