Redireccionando...

miércoles, 21 de mayo de 2014

Bolsos resumidos

La cena del pasado sábado dio mucho de sí. Las ideas para los posts brotaban de cien en cien. 

NOTA MENTAL: salir de cena de chicas no es vicio. Es trabajo en equipo y fuente inagotable de inspiración. Repetir mensualmente en formato nocturno y semanalmente en formato diurno.

El tema de hoy surgió en el momento en el que una de mis amigas solteras y sin hijos abrió su clutch maravilloso y sacó de su interior dos tetinas. Relean. Efectivamente. Pone tetinas. Y no. No es el nombre en italiano de ningún objeto de deseo fashionista. Dos tetinas son exactamente eso: dos bocas de silicona para que los hijos de ustedes se tomen el bibe.


El cómo las tetinas en cuestión llegaron al clutch de mi amiga es una historia que puede que les cuente en otro momento; lo que me dejó perpleja de ese hito, y es de lo que hoy quiero hablarles, es el hecho de que cupieran en semejante micro-bolso.

Son muchas las veces en las que clientas del atelier me piden un clutch en el que quepan cosas... Las gafas para ver el menú ("fíjate Manolo, no han puesto marisco..."), el pañuelo para secarse el lagrimal con tanto cuidado que parecerá que estén ustedes desactivando un artefacto explosivo, o las llaves del coche que su marido no podrá conducir después de bailar Macarena con la abuela del novio...


Pues verán, no contentas con invadir los escaparates con chancletas de guiri en modo golden, lo que han decidido las crueles mentes pensantes del mundo de la moda, es que los bolsos cada vez sean más y más pequeños. Así que discernir entre lo que se mete dentro y lo que debe abandonar el programa, se ha convertido en objeto de estudio.

Los nominados son:

Cartera. Ni hablar. En las bodas no se necesita dinero, ya lo han gastado ustedes todo en los preparativos, y si el evento no es un enlace, con lo monas que se han puesto ustedes, ya habrá alguien que les invite. Metan un billete de 50 dobladito por si hay que salir corriendo en taxi. 


Gafas para leer. En ningún caso. El tocado que lleva usted no está diseñado para combinar con monturas al aire. Un secreto. Ese tipo de gafas sí se ve. Le digan lo que le digan en la óptica. En la misa se lee todo en voz alta, y el menú lo va a catar, así que no se preocupe  usted porque no va a perderse nada por no llevar microscopio. 

Móvil. Hombre, depende del tamaño. Hasta tamaño iPhone, vale, pero si el suyo es una mezcla de teléfono y tableta tamaño azulejo, mejor llame desde el teléfono de esa familiar que sí llevó bolso XL. Es muy probable que entre 150 invitados, alguien lleve uno.


Gafas/llaves/cartera de su marido/novio/acompañante. Ni en broma. Si quiere un sherpa, que se vaya al Tíbet. El traje masculino cuenta con dos bolsillos en el pantalón, dos internos y tres externos en la chaqueta. Mi no entender esa manía de llevarles las cosas en el micro-bolso.

Resumiendo y sin asegurar que el bolso cierre del todo: un billete, el DNI (muy de madre eso de "por si tienes un accidente"), el móvil y las llaves propias. Con suerte, pintalabios. Ahora lo que no entiendo es por qué el resto de los días cargamos con un bolso tamaño maleta para un mes en Noruega y que, además, pesa 40kg... 

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