Redireccionando...

jueves, 29 de mayo de 2014

Mi dilema del mes de mayo

Esta mañana he estado salseando por algunos de los blogs de moda más punteros, de esos de los que no termino de pillar el punto, vaya. Esos en los que la colega es multitarea: lo mismo te escribe un post de tendencias desde Miami, que te pincha música en una fiesta súper-hipster en Río, que te presenta un programa de la tele rusa o te hace una tortilla de patata con cebolla debajo de la Giralda. Todo ello con un maromo sacando fotos detrás, claro. Todo muy natural.

Además, todas estas habilidades las ejercita vestida de una forma en la que servidora no iría en ningún otro caso que no fuera bajo amenaza de muerte dolorosa. Lo siento en el alma, pero no termino de encontrarle la gracia al desharrape voluntario.


En fin, el caso es que una de estas chicas tan polifacéticas es embajadora de Nike en España (supongo que la embajada será el Fórum) y presentaba la nueva colección en colaboración con Liberty London en su blog. 

Y va, y me gusta. Sofía, tómate la temperatura porque no estás bien. La conversación conmigo misma ha sido intensa. Pero si no tienen tacón! Ahí me he dado donde duele. No hables de esto en el blog porque ni va de bodas ni de nada parecido al estilo Sophie et voilà! Toda la razón, pero no he podido evitarlo.


Para madurar el tema he tenido la nada original idea de buscar imágenes con el criterio "liberty nike" en Goolgle. Ante mí han aparecido dos millones de versiones Candy-Candy de las playeras menos femeninas de la historia. Será eso de que los extremos se atraen... Pero a cada cual que veía, me gustaba más...

El caso es que este subidón de no sé muy bien qué, ha ido bajando al tiempo que he ido de legal y me he metido tanto en la página de Liberty London, como en la de Nike... Y resulta que la colaboración viene haciéndose hace años (es que no estoy nada puesta en zapatillas, señoras, discúlpenme este derrape fashionista), con lo que toda esa marabunta de zapas ideales correspondían a temporadas anteriores. Drama.


Resulta que este año toca el estampado azulito, que ni fú ni fá... y, además, las más monas, están agotadas desde el minuto dos de sacarlas a la venta. Esto de que nos creen estas necesidades absurdas y luego nos dejen con la miel en la boca me enerva profundamente... Lo admito. Así que mi dilema del mes de mayo ya tiene solución, hale. En el fondo, tampoco me gustaban tanto...

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