Hay quien ya tiene suficiente con la alianza de casada y dos anillos le parecen demasiado... Hay novios que eligen ser diferentes y salirse del carril del solitario... Hay pedidas en las que el protagonista no es tu anular, sino tu muñeca...
Y nos encanta... Pero claro, como en todo, no vale cualquier pulsera...
Puede ser sencilla, en oro blanco y brillantes, un básico de esos que te acompañará toda la vida y que bien podrías llevar junto al reloj y unos vaqueros, o a la alfombra roja más sofisticada.
Puede ser rígida y con piedras de diferentes tallas, apta para ocasiones especiales... Como, por ejemplo, una pedida. Increíble, pero apta sólo para algunos bolsillos privilegiados. En la imagen superior, una maravilla de Cartier.
Puede ser un brazalete con personalidad, rígido y recordando a las esclavas de toda la vida... Aunque, de nuevo, las piedras cobran mucha importancia...
Para terminar dos opciones en estilo Art Deco, con piedras de menor tamaño, en las que lo más importante es el depurado diseño. Simplemente increíbles.
Esta última pasa directamente a mi wish list personal...
Te animarías a cambiar la casicidad del anillo por la novedad de la pulsera, o crees que es una moda pasajera?
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