Redireccionando...

miércoles, 13 de febrero de 2013

...y la tarta??

La moda de las tartas de fondant llegó pisando fuerte desde EEUU, y su éxito sigue aumentando temporada tras temporada. No hay más que ver el trabajo artesano y el buen gusto que refleja este tipo de dulce para quedarse prendado de él.

El momento "cortar la tarta" es uno de los hitos más fotografiados de una boda, así que no podemos dejar nada en las manos del restaurante: la tarta no sólo debe ser deliciosa, sino que también de enamorar a la vista.


La opción más clásica es la de encargar la tarta de varios pisos, cortar los trozos que correspondan a manos de los novios y que, en cocina, se reparta el resto ya emplatado a los invitados.


En otras ocasiones, la tarta maravillosa sólo tiene un piso "real" para que sea cortado por los novios, mientas que el resto son artificiales y sólo sirven para decorar. EL resto de los invitados disfrutarían de otro postre, que podría tener que ver con la tarta en cuestión, o no...


Tras el corte oficial de los novios, una opción que viene pisando fuerte es la de poner una tarta en cada mesa y que sean los propios comensales quien la repartan a su gusto o con ayuda de un camarero. Eso permite que en cada una de las mesas pueda apreciarse la tarta.


Por último, la opción de tarta con cupcakes. Más bonita no puede ser, aunque no estoy segura de que, tras la copiosa comida que implica una boda, nadie tenga cuerpo como para meterse una magdalena, por muy buena que esté, entre pecho y espalda... Probablemente, esta idea sea más adecuada para meriendas, fiestas infantiles, baby showers... y todo tipo de celebraciones a media tarde.

 Ya hay cientos de sitios para encargar este tipo de tartas, aunque si tuviera que recomendar uno, sería Mar Dulce, en Vitoria. Reparten a todo el País Vasco y puedes verlas aquí.


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