Redireccionando...

martes, 22 de abril de 2014

Que yo dije qué???

Si me dieran un euro por cada vez que he tenido que tragarme las palabras... Ahora mismo escribiría este post desde mi hamaca con colchoneta de 20cm de grosor, junto a mi piscina de diseño con vistas a alguna bahía de portada de catálogo de agencia de viajes, viendo a lo lejos mi yate de chopecientos metros de eslora atracado en mi propio pantalán y con una piña colada repleta de sombrillitas de colores. Así. Sin más.

Hace poco hablaba de los zapatos blancos y de cómo habían evolucionado de horror poligonero a must fashionista, pero es que como ese ejemplo podría contarles miles. Qué me dicen de los pantalones campana? De los jerseys sin mangas? De las uñas azules? Y no todo es moda, señoras... Que yo juré que eso del kebab era una guarrería y no pasan quince días sin meterme uno entre pecho y espalda, a pesar del inevitable churrete de salsa en la camisa.


Pues una vez más miro al cielo, silbo y me hago la loca intentando que ustedes se olviden de todas esas veces en las que afirmé que en Sophie et voilà! no se hacen volantes. 

Ahora en serio, hay honrosísimas excepciones que son dignas de alabanza incluso en el tema de las ondas aflamencadas. Rectifico el rumbo y rindo pleitesía a los diseños de Valentino y Giambatista Valli, pero sigo firme en lo que a capas de volantes de gasa se refiere. Horror-pavor y de ahí no me apeo.


El secreto de estos vuelos que les muestro hoy está en su dimensión XL así como en su lugar de residencia. Un péplum gigante desde la cintura, una espalda sofisticada y bicolor, un remate brillante para una minifalda o un acabado voluminoso para una trasera. Volantes, sí, pero de otra manera, que en breve empieza la Feria y es muy fácil venirse arriba y hacerse un lío.


Son muchos los post que termino animándoles a ustedes a llevar su propia moda, a plantarse lo que más les guste sin importar la mirada reprobadora de la vecina rancia en el ascensor, a no dejarse intimidar por unas compañeras de trabajo que siempre llevan traje azul marino... A pasar olímpicamente de blogueras chachis que escriben como si tuvieran la única edición del libro del estilo absoluto en la mesilla. 


Dicen que rectificar es de sabios, no diría yo tanto, lo que me va quedando cada vez más clarito es eso de no digas de este agua no beberé, ni este cura no es mi padre...

Imágenes vía Pinterest

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