Redireccionando...

martes, 8 de abril de 2014

Mi batalla interior del mes (abril)

Estoy angustiada con este tema. Les prometo que por muchas vueltas que le doy al dilema en cuestión, no consigo tomar una decisión. Y es que estarán de acuerdo conmigo en que los zapatos blancos no admiten medias tintas: o están con ellos, o están contra ellos.

Yo he sido de este segundo grupo toda la vida. Los zapatos blancos de tacón eran para mí lo más alejado del estilo (amén de las botas de plástico de punta y caña arrugada... escalofríos por la espalda...) y lo más cercano a la mini de licra para salir el sábado noche a darlo todo al Scorpia... 


Pocas principios básicos son los que han permanecido en mi mente durante el paso de los años y las modas, y éste era uno de ellos. Hasta ahora. He aquí mi drama.

Resulta que las fashionistas de medio planeta se han puesto de acuerdo en resucitar al fantasma de mis peores pesadillas y se han apuntado al carro del zapato blanco. Pero eso no es lo peor... Es que resulta que no solo no me parece feo... Es que me gusta!


Ahora es cuando me pregunto si es el hecho de que el zapato blanco se haya puesto de moda lo que ha transformado este icono poligonero en oscuro objeto de mi deseo, o es que siempre he tenido una choni latente dentro de mí. Ay Dios mío... Si no resuelvo este dilema, voy a necesitar un intensivo de terapia de choque de Mujeres, Hombres y Viceversa...


Giovana Battaglia, Carine Roittfield, Victoria Beckham (vale, ésta cuenta como media, no me lo tengan en cuenta)... Son muchas las entendidas en moda que han añadido unos estiletos blancos a sus armarios. Es eso una señal? Debo entonces hacerme también con un par de cerezas de kilo y medio cada una para plantármelas encima del flequillo como les enseñaba ayer


Pero si ya ni siquiera las novias quieren llevar zapatos blancos! Qué será lo siguiente? El chándal de táctel verde menta con rayas moradas combinado con pendientes largos de oro y diamantes de plástico? (Déjà vu!!) Y lo que es peor... También acabará gustándome el look de mercadillo? Estoy echándome a perder... Esto es un punto de no retorno...


No sé qué hacer... Este desasosiego no me deja vivir... Lo peor de todo es que creo que conozco el final de la historia, pero tantos años de negación me ponen difícil lucir esta nueva adquisición que lleva 15 días en el armario. 

Esto me pasa por hablar.

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