Redireccionando...

miércoles, 4 de junio de 2014

Caperucita, Hulk Hogan y Batman

Gwyneth Paltrow nos puso en la senda del estilo con su memorable capa blanca en la entrega de los Oscar de 2013. Carlota de Mónaco la lució en versión vaporosa en tonos agua al más puro estilo Grace Kelly y Tatiana Santo Domingo se encargó de destrozarle la elegancia con su caperuza de alta costura en versión nupcial. Las capas están de moda, pero no todas son iguales. 

Que se llame capa no es garantía de éxito, sino vean ustedes a Batman, Superman y demás músculos voladores, a Caperucita, a los Reyes Magos, a los luchadores de Wrestling o al mismísimo Ramón García dando las campanadas. Tengo el presentimiento de que ninguno de estos iconos fashionistas son la referencia que les gustaría seguir a ustedes. Me equivoco?


En versión corta tiene el peligro de hacer las funciones de comodín de quita y pon para cubrir el palabra de honor en Iglesias y demás sitios impropios para ese escote-engendro de la moda. Así, sin paños calientes. Ni hablar de la delicada micro-capa como solución a las miradas desaprobadoras de suegras, tías, abuelas y demás juventudes que enfilan a su nieta hacia los infiernos por enseñar más pechuga de la decorosamente permitida. 

Si la idea es quitársela, acaba usted de colocar la estilosa capa en la misma balda que el bolerito de mutón o la chaquetilla de encaje. Horror, pavor y dolor. Si se pone no se quita.


Si resulta que la capa es larga, la asimilaremos como un abrigo que no abriga, pero que queda divino. Esas cosas absurdamente ideales que tiene la moda... En ese caso el banquete será el momento ideal para lucir el resto del vestido (que, prométanmelo, no es palabra de honor). No sé muy bien por qué me vienen a la mente escenas de Game of Thrones...

La silueta muy marcada y un tejido vaporoso. Suficiente para estar increíble. Novias de otoño- invierno 2014, apunten. 


Personalmente me decanto por el raso finísimo, el georgette mate o el crepe con caída, aunque debo reconocer que la dosis justa de encaje le da un toque romántico-chic nada desdeñable. Eso sí, si ilustramos la capa con florituras variadas, nada de venirse arriba con el vestido: sencillito, please. Lo de la capucha, directamente nos lo saltamos.

No todas las novias se casan en verano, y no todas las novias que no se casan en verano quieren llevar mangas. Ahora tendremos que ver si las capas son una moda o si, realmente, son una opción elegante.


Lo dejo a su criterio una vez más. Yo me apunto. Voy a tener que valorar la opción de recasarme para lucir así de sofisticada. 

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