Tengo una amiga que dice que las bodas comienzan con las invitaciones. Y lleva razón! Con el estilo de la invitación que se elija, los novios ya están decidiendo el carácter de su día B.
Partiendo de la base de que no es lo mismo una invitación para una despedida (arriba), que para una boda, los estilos pueden ser de lo más variado, desde lo más romántico hasta lo más sobrio.
Ya vale de invitaciones de color marfil con tarjetón doblado y letra inglesa... Muy correctas, sencillas pero igualmente anodinas. No hace falta llenar la invitación de purpurina ni papeles vegetales para que las invitaciones resulten elegantes pero también personales.
Puede que el simple forro de un sobre dé a la invitación otro aire si no se quiere arriesgar. O puede que el toque de una caligrafía más manual sea el quiz para hacer una tarjeta diferente...
Si los novios piensan en cada flor, cada canapé, cada asiento en el banquete, las invitaciones no deberían ser menos.
Una recomendación en Bilbao: Un Jaleo Elegante hace todas estas maravillas y muchas más.
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