Redireccionando...

martes, 15 de diciembre de 2015

Un broche antiguo y un coche verde

Marta venía a cada prueba con su tía. Mano a mano. Ella decía A y yo decía B... Un tándem bipolar con la mayor de las sonrisas y pensando en hacer que la novia fuera feliz. 

A pesar de una agenda infernal que no dejaba que nos viéramos con facilidad, conseguimos eso que ella quería...


Apareció un día en el atelier con las ideas bastante claras sobre lo que quería y no encontraba en ningún sitio... Y así empezamos con su vestido, diferente y muy suyo.


El broche de la abuela, unos zapatos verdes que acabaron siendo beiges... Su tía prefería muy fruncido y con encaje grueso y yo con menos frunce y encaje finísimo... Sonrisas, guiños y Marta con la última palabra.


El coche heredado y los nervios que aparecieron la última semana... Estos pendientes quedan bien? Mil botones en la espalda y detalles en los sitios más escondidos del vestido...


El cuello que recordara al que llevó su madre, una mirada al cielo. Encaje en la cintura y en los pliegues de la espalda. Esa sensación de que todo tiene un por qué... Y resulta perfecto.


 Pliegues y caídas nada casuales pero muy limpios y sencillos. Como Marta, sin vueltas.


Gracias Marta por el trajín de horas y citas, por tu esfuerzo, por la sonrisa de tu tía, por lo fácil que ha sido trabajar contigo, por el cariño con el que hablabas de Beltrán, por la sonrisa nerviosa que te salía al final de cada prueba... Mil gracias.


Fotografías de Patricia with love

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